Nitrógeno para la industria metalúrgica

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El nitrógeno se emplea en la industria metalúrgica para mejorar los procesos de producción y minimizar los riesgos de explosión.

Para endurecer metales, se emplea con frecuencia un método que combina, en primer lugar, un tratamiento térmico y, en segundo lugar, un proceso de enfriamiento. Con el fin de impedir la oxidación de cantos y la descarburación —en particular durante el calentamiento—, en el sector industrial se trabaja con una atmósfera de protección compuesta por nitrógeno. En los altos hornos, los gases (por ejemplo, el hidrógeno) pueden formar burbujas en los metales, que forman espacios huecos después de endurecerse el metal. Este tipo de depósitos pueden provocar fatigas prematuras en los materiales; un ejemplo de ello es la fragilización por hidrógeno, que debe evitarse en cualquier caso. Inyectando nitrógeno en el horno puede desgasificarse el metal líquido de una manera eficiente.

Los mezcladores de sólidos para la mezcla de aditivos compuestos por distintas sustancias pulverulentas forman una atmósfera de polvo; por ello, dichos mezcladores se llenan de nitrógeno con el fin de evitar el riesgo de explosiones de polvo. Los aditivos se utilizan para colar metales y aleaciones con el fin de conseguir unos productos provistos de unas propiedades mejoradas, así como ahorrar energía y materiales.

Los metales también se cubren con otros metales o materiales para protegerlos frente a la corrosión durante un largo tiempo; este proceso tiene lugar en una atmósfera de protección compuesta por nitrógeno para evitar que se produzca oxidación.

Con nuestros generadores de nitrógeno proveemos de soluciones de gran calidad para la producción estacionaria y móvil de nitrógeno en diferentes ámbitos de aplicación, incluso a partir de cantidades muy reducidas.